El Mutua Madrid Open 2019 femenino es un “torneazo”, como lo calificó el director Feliciano López, con fundamento. Una de las claves de su éxito es que las grandes exponentes del circuito WTA profesan un cariño incondicional al evento y a todo lo que le rodea. Increíble, pero cierto: las ocho mejores raquetas del mundo coinciden bastante al elegir las cosas que más les gustan del torneo de la Caja Mágica y de sus entresijos. Si ellas están encantadas, está claro que el beneplácito es general.
Por supuesto, el fervor de los aficionados es uno de los grandes puntos a favor de Madrid. Bien lo sabe Carla Suárez, estupenda cicerone para sus colegas estos días y siempre con la ilusión de hacerlo bien en casa. “Sabes que eres jugadora local, que van a estar al 100% contigo”, afirma la No. 27 del mundo. No es la única que se siente arropada por la grada en este Premier Mandatory. La siempre admirable hospitalidad con el forastero de la capital española también llega al mundo del tenis. Como bien atestigua, ya entre las elegidas del Top 8, Simona Halep.
“Es un torneo muy especial para mí, porque hay muchos rumanos en Madrid. También vienen muchos amigos a animarme, Ion Tiriac es rumano también… Así que prácticamente me siento como en casa. Además, la afición española siempre me recibe muy bien. Todo esto hace que me sienta muy feliz aquí en Madrid”, se sincera la No. 3 del mundo. “Te animan hasta en los entrenamientos”, añade Angelique Kerber, No. 4, para acabar de elogiar a la hinchada local.
Tampoco hay discusión sobre otra gran virtud del Mutua Madrid Open: la comida. “Creo que es la mejor del circuito. El mejor restaurante está aquí. Y en Roma”, apunta Sloane Stephens, No. 8 del ranking. “Siempre que vengo intento probar la pasta de aquí, porque está buenísima”, le sigue Karolina Pliskova, No. 5. No es la única con preferencias culinarias en el torneo. “Lo que más me gusta es comerme todas las mousse de chocolate que pueda”, confiesa Halep. “Aquí siempre encuentro cosas que me gustan. Como el té de burbujas. Si lo buscas con ganas, encuentras un poco”, ríe Stephens.
La calidad de las instalaciones madrileñas también enamora a las mejores. “Que la Caja Mágica tenga tres pistas que se pueden cubrir si llueve en un momento dado es espectacular”, asevera Conchita Martínez, ahora entrenadora de Pliskova y por siempre leyenda de la raqueta. “Me encanta que el torneo tenga tres pistas principales grandes con techo retráctil, en las cuales se puede seguir jugando independientemente de lo que pase fuera”, continúa en la misma línea Petra Kvitova, vigente campeona del Mutua Madrid Open y No. 2 del mundo. No hay término medio con los adjetivos: todos son positivos, desde el “preciosa” de Stephens (refiriéndose seguramente a la pista del Estadio Manolo Santana) hasta el “fantásticas”, en plural, de Elina Svitolina, No. 6.
Otro punto fuerte de esta competición es la igualdad. Extensible, ahora mismo, al circuito WTA en su conjunto. “Todo el mundo está compitiendo, todo el mundo se está acostumbrando un poquito a la tierra. Me encanta eso”, asegura Kiki Bertens, No. 7 y finalista en Madrid el año pasado. El prestigio del cuadro final no se queda atrás. “Creo que todo el mundo disfruta de jugar aquí, todas las grandes jugadoras vienen”, expone Pliskova. “Las condiciones son perfectas para los jugadores”, resume Svitolina, a la que el habitual buen tiempo de esta época del año en tierras madrileñas también le tiene ganada.
Todo encaja a la perfección: ni siquiera la altitud es vista ya como hándicap. Habla Kvitova, la última vencedora: “Las bolas vuelan más y puedo ir a buscarlas de manera más agresiva, por lo que mis rivales tienen menos tiempo de llegar a mis golpes. Además, las pistas no resbalan demasiado y, ya que yo no soy muy buena deslizándome para llegar a las bolas, también puede ser algo que me beneficie”.
Queda claro que Madrid ha conquistado a todas: los grandes recuerdos, el apoyo de la grada, la belleza de la ciudad, una organización perfecta… Naomi Osaka lo condensa todo en una única frase: “El ambiente aquí es diferente”. Y, además, “todos son encantadores”. Si lo dice la número 1 del mundo, habrá que creérselo.