Si hay un torneo marcado en rojo en el calendario de Rafa Nadal ese el Mutua Madrid Open. No es el lugar donde más veces ha ganado, ni donde más firme se ha mostrado, ni siquiera se ajusta bien a sus cualidades… Pero es especial, es el torneo de casa, donde todo jugador español quiere jugar y, por ende, ganar. El mejor torneo de España y el mejor jugador del tenis español deben que tener algo en común. La respuesta es el éxito. Ambos han triunfado: Madrid con Nadal y Nadal con Madrid.
Nadal siempre ha sido fiel a la cita madrileña. Solo se perdió la primera edición en 2002 al no ser todavía profesional y no tener el ranking necesario para acceder al cuadro de Madrid. Sin embargo, desde el 2003 ha jugado todas la ediciones de manera ininterrumpida. Su primer año actuó como wild card y perdió en primer ronda frente a otro invitado, Alex Corretja. De haber ganado, se hubiese producido el primer encuentro entre Nadal y Federer. Al año siguiente, el español mejoró su actuación, aunque solo consiguió ganar un partido.
En esos primeros años en los que Nadal comenzaba su carrera profesional, Madrid se jugaba bajo unas condiciones nada favorables al juego del español: pista dura y cubierta. Sin embargo, en 2005 todo cambió. Nadal venció su primer partido en Miami al todopoderoso Federer, conquistó su primer Roland Garros y se aupó a la segunda posición del ranking ATP. Entró en la élite por la puerta grande. Culminó un año de ensueño alzándose con el triunfo en el Mutua Madrid Open. Venció a Ljubicic en uno de los mejores encuentros vistos en una pista de tenis. Aquel partido quedará guardado en la retina de todos por la espectacular remontada del balear: 3-6, 2-6, 6-3, 6-4 y 7-6. El mejor partido en la historia del torneo.
Tras caer en cuartos de final en 2006, Nadal volvió a Madrid en 2007 y 2008 sin poder alcanzar la final. En la primera sufrió la que es la mayor derrota del español en Madrid: 6-2 y 6-1 en los cuartos de final frente al campeón de aquel año, David Nalbandian. Y en la segunda, cayó en semifinales frente a la gran promesa del tenis francés, Gilles Simon.
El cambio a tierra batida en 2009 trajo consigo cambios beneficiosos para el español. Con la nueva superficie y el cambio en el calendario (de noviembre a mayo), el juego de Nadal en Madrid se vio beneficiado y encadenó tres finales consecutivas. Aquel año, con todo dispuesto para su triunfo, con una semifinal de infarto con Djokovic de la que salió victorioso in extremis, perdió la final contra Federer. Esa fue la única vez que el suizo fue capaz de batir al español en una final en tierra batida. En 2010, los papeles se tornaron. Nadal ganó el título y Federer se tuvo que conformar con el subcampeonato. El español consiguió así la triple corona en tierra (Montecarlo-Roma-Madrid). Y la última de esas tres finales consecutivas fue contra Novak Djokovic, su verdugo ese año en Indian Wells, Miami y Roma. Y lo volvió a ser. Nadal no pudo parar al huracán serbio. A pesar de ello, dejó uno de los golpes del año: un willy-globo espectacular.
Los éxitos para el español volvieron en 2013, el mejor año de la carrera de Rafa con la conquista de nueve títulos, entre los que estuvo Madrid. Exhibió un tenis incontestable para conseguir su tercer triunfo en la Caja Mágica. Misma línea de superioridad que mantuvo un año después. Fue la cabeza visible del cartel del torneo ante las ausencias de Djokovic y Federer, y con tan solo 19 juegos encajados se plantó en la final contra Kei Nishikori. Una final que acabó ganando, aunque el japonés estuvo afectado por problemas físicos.
Esté mejor o peor fisicamente, esté llevando una buena temporada o no; lo que no varía es el compromiso de Nadal con el Mutua Madrid Open. La regularidad de resultados en el torneo es envidiable porque su peor resultado, salvando los años como wildcard, son los octavos de final en 2012. Por ello, y aún con su peor momento en 2015 y 2016, Nadal mantuvo su alto rendimiento en Madrid alcanzando la final y la semifinal respectivamente. En ambas rondas cayó frente a Andy Murray.
2017 fue el año de la reinvención. Hubo muchos cambios obligados en el juego de Nadal previstos para alargar su carrera y en Madrid esas modificaciones dieron sus frutos. La mayor agresividad en los golpes del español conjugaron muy bien con el característico bote de la bola en la Caja Mágica. Dejó por el camino nombres importantes como Fognini, Kyrgios, Goffin y Djokovic. En la final se cruzó con Dominic Thiem, el jugador llamado a suplir a Nadal en el puesto de rey de la tierra batida, pero el maestro le demostró al discípulo que la abdicación todavía queda lejos. De esa manera, Nadal completó una mano de títulos en Madrid.
El pasado año no pudo defender el triunfo porque en los cuartos de final se cruzó Thiem, que tomó notas de la final de 2017 y apeó a Nadal antes de lo previsto.
Como es de esperar, Rafa Nadal es uno de los 56 jugadores que participarán en la 18ª edición del Mutua Madrid Open, que arrancará el próximo 3 de mayo.
¿Será capaz Nadal de volver a ganar en Madrid?