Según la RAE un príncipe se define como un heredero de la corona y el jugador austriaco posee grandes dotes en su juego para poder lograr semejante proeza. El ‘Big-3’ ha dominado el circuito durante años y tan solo unos elegidos pueden llegar a destronar esta hegemonía que hemos vivido con Rafael Nadal en arcilla, Roger Federer en hierba y Novak Djokovic en pista dura. El apodado príncipe de la tierra, tiene las condiciones adecuadas para brillar en esta superficie durante los próximos años. Controla a la perfección las alturas en el juego, su derecha es exquisita y el revés a una mano le ofrece la posibilidad de llevar la pelota al fondo de la pista de una manera poco usual.
Su entrenador, Nicolas Massú, comentaba en una entrevista para la ATP que sabe perfectamente lo que puede ofrecer su pupilo y que intentar ser el mejor a través de la exigencia es una tarea innegociable. Thiem ya se ha colado entre los mejores tenistas en activo sobre la superficie más lenta del circuito con un 75% de victorias en arcilla, donde ha logrado vencer en 142 ocasiones. Es cierto que sus mayores hazañas han sucedido en pista dura cuando logró adjudicarse el masters 1000 de Indian Wells y el US Open en el año 2020. Sin embargo, los números del austriaco sobre la superficie rojiza son francamente óptimos.
En su extenso palmarés posee 10 títulos en polvo de ladrillo entre los que destacan la victoria ante Pablo Carreño en el ATP Río de Janeiro en 2017 y la lograda en el año 2019 en el Barcelona Open Banc Sabadell pasando por encima de Daniil Medvedev (6-4, 6-0). A pesar de sus múltiples entorchados en los últimos años en arcilla, el presagio de que estamos ante uno de los mejores jugadores en tierra batida del momento se lleva fraguando desde que en el año 2015 se proclamó campeón en Niza, Umag y Gstaad.
Además, en su primera aparición en el Mutua Madrid Open en el año 2014 con tan sólo 19 años, se destapó con una gran participación avanzando hasta tercera ronda después de vencer a Stan Wawrinka en tres mangas remontando el primer set adverso. El No. 4 del mundo es un jugador de finales y así le avalan las conseguidas en Roland Garros en el año 2018 y 2019. El verdugo en ambas ediciones fue el mejor jugador de la historia en esta superficie, Rafael Nadal. El balear tan sólo cedió un set en ambas finales del ‘major’ francés pero las sensaciones de crecimiento en el jugador austriaco eran extraordinarias. En el Mutua Madrid Open consiguió acceder a las finales de 2017 y 2018. En la primera volvió a verse las caras con Nadal y en la segunda no pudo imponerse al alemán Alexander Zverev.
Dicen que no hay dos sin tres y en esta nueva edición del torneo madrileño, Thiem buscará jugar su tercera final en la Caja Mágica y quién sabe si levantará por primera vez en su carrera el trofeo del Mutua Madrid Open.