Muchos no dudan de que llegará el día en que Madrid vea a Garbiñe Muguruza levantar el ansiado trofeo que la acredite como campeona del tercer WTA Premier Mandatory de la temporada. Sin embargo, ese momento ha demorado hasta ahora. Pero es bien sabido que los grandes acontecimientos se hacen esperar.
Garbiñe es sin duda una de las mejores jugadoras del panorama actual y, junto a Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez, la española más laureada del tenis. Cuesta creer, por tanto, que la ganadora de Roland Garros en 2016 y Wimbledon en 2017, no haya sido capaz de grabar su nombre en el torneo más importante que se disputa en su país.
A ella le gustaría mucho, le encantaría, tener éxito en la capital de España por lo emotivo que supone ganar un torneo en su país y por el caché de triunfar un torneo de la categoría de Madrid. Quizás la falta de madurez durante sus primeros años de participación en el torneo y la ausencia de suerte en momentos puntuales le han privado de un mayor botín de éxitos en el Mutua Madrid Open.
La historia de Garbiñe con el Mutua Madrid Open describe un estrecho paralelismo con el crecimiento tenístico de la hispano-venezolana. Gracias a su buen hacer en el circuito ITF su salto al profesionalismo fue fugaz y ya se le marcó con la etiqueta de futura jugadora top. De eso se dio cuenta la organización del torneo madrileño y le concedió una wildcard para participar en la edición de 2012. Su debut tuvo lugar con 18 años, en el Estadio Manolo Santana y ante la ya retirada Na Li. Un escaparate magnífico para una futura estrella. En aquel momento la realidad era Na Li, número ocho del mundo, y Garbiñe, fuera del Top 100, por lo que el marcador reflejó esa sideral distancia. 6-2 y 6-4 para la jugadora china.
Tras un año en el que no pudo superar la fase previa, la española regresó al torneo en 2014 con una condición bien distinta a la de su debut. Ya estaba situada entre las 40 mejores jugadoras del mundo y había dejado atrás la marca de promesa para pasar a ser una realidad. Una gran noticia para el tenis español, que ya situaba a Carla Suárez y a Gabiñe entre las mejores. Aquel año pasó la primera ronda frente a Silvia Soler tras un encuentro durísimo, con remontada y victoria en el tie-break del tercer set. No obstante, la australiana Samantha Stosur, jugadora muy sólida en tierra, frenó el avance de la española en el torneo, aunque consiguió arañar un set antes de caer derrotada. Historia parecida vivió un año después. Derrotó a la wildcard española Tita Torró sin apenas dificultades y volvió a verse las caras con una veterana del circuito, pero tremendamente habilidosa como es Svetlana Kuznetsova, a quien Garbiñe le plantó cara hasta el final robándole el segundo set y obligando a la rusa a tener que vencer en la última manga por 7-5.
Con 23 años Garbiñe alcanzó el número tres del ranking WTA, condición que lució en el Mutua Madrid Open 2016, donde no pudo pasar de la segunda ronda. En esa ocasión perdió frente a la rumana Irina Camila Begu, en un partido que tuvo al alcance de su mano, pero se le acabó escapando.
En 2017 cedió en primera ronda frente a Bacsinszky. Pero una derrota no implica solo cosas negativas, sino también aprendizaje y experiencia. Dos cualidades que demostró el año pasado en Madrid donde firmó hasta el momento su mejor actuación en el torneo. Recuperó el juego que le hizo ganar Roland Garros en 2016 y ofreció su mejor nivel frente a su afición. Venció a Peng en primera ronda y protagonizó una espectacular remontada frente a Vekic después de haber perdido el primer set 6-2 y estar 4-4 en el segundo. El encuentro terminó 2-6, 6-4 y 6-1 y con Garbiñe celebrando su primera presencia en los octavos de final en el Mutua Madrid Open. Sin embargo, su participación en el torneo se acabó ahí después de perder frente a Kasatkina.
Garbiñe Muguruza está confirmada como una de las 53 jugadoras que participarán en el Mutua Madrid Open a partir del próximo 3 de mayo. ¿Llegará esta vez el ansiado título de Garbiñe en Madrid?