Sara Sorribes vivirá una edición apasionante del Mutua Madrid Open. Mientras vive el mejor momento de su carrera, la castellonense regresa a uno de los escenarios donde ha vivido momentos muy especiales en su carrera. Con el ánimo de aprovechar la invitación recibida, la ilusión no puede ser mayor en una de las figuras más queridas por el público.
Después de conseguir su primer título WTA esta temporada, Sorribes se ha consolidado como segunda raqueta del tenis español. Los aficionados han depositado esperanzas en su carrera, han observado su potencial y ahora colocan sobre sus hombros más miradas que de costumbre. Una realidad que Sara asume con profesionalidad.
“Es algo muy bonito de tener, y para mí significa muchas cosas. Sobre todo, que el trabajo va dando sus frutos”, reconoció con humildad. “Hay que intentar llevarlo con la mayor naturalidad posible. Está claro que a veces la cabeza te va demasiado lejos. Hay que estar mucho en el día a día. A mí me gusta disfrutar mucho de los pequeños momentos, de cada momento. Hay que darle a cada cosa su tiempo y su espacio”.
La levantina vuelve a un torneo en el que siempre ha brillado con luz propia. Sobre la arcilla de la Caja Mágica logró Sorribes la mayor victoria de su carrera, superando a la estadounidense Madison Keys en la edición de 2018, con unas lágrimas de emoción que todavía se recuerdan en la capital española. Un año después, exigía tres mangas a la japonesa Naomi Osaka, una de las mayores raquetas de esta era.
“Se me pone la piel de gallina al escuchar la pregunta. Es la emoción que me produce. No tenemos más torneos femeninos en España. Soy una persona a la que le gustan mucho las emociones fuertes, sentir al público y creo que aquí lo he sentido siempre”, recordó. “Me han apoyado muchísimo. Tener la suerte también de jugar delante de familia y amigos, da ese plus que yo intento dar todos los años”.
Las emociones fuertes volverán a acompañar a Sorribes desde el primer minuto en esta edición. Su rival de primera ronda será la dos veces campeona Simona Halep, una auténtica referencia sobre el polvo de ladrillo y todo un reto a afrontar con los brazos abiertos.
“Competir hasta el final depende mucho de tu actitud y de tus ganas de luchar. Y yo las tengo todas conmigo”, subrayó. “No tengo todas, porque no se puede, para lograr la victoria. Ahí ya entra en juego la rival. Está claro que ella es una grandísima jugadora y el partido va a ser muy, muy difícil. Intentaré hacerlo lo mejor posible, tener ojalá la oportunidad y, si le tengo, intentar aprovecharla”.